domingo, 26 de julio de 2015

Antes adoraba los días de lluvia. Especialmente desde que me regalaste aquel paraguas rojo.

Recuerdo como paseábamos abrazados bajo su cobijo. No sé cómo lo hacías, pero a pesar de que el paraguas era pequeño, nunca nos mojábamos. Con el brazo izquierdo me apretabas fuerte contra ti, y con el derecho sujetabas el mango.

Después te marchaste, dijiste adiós con una sonrisa y no volví a verte.

Ahora odio los días de lluvia. 

Desde que te fuiste he compartido el paraguas con otros hombres y nunca es lo mismo. Ninguno lo sujeta como tu. Ninguno me sujeta como tú.

Pero esta mañana ha sido diferente. Llovía y he cogido el paraguas. He salido a la calle y una ráfaga de viento lo ha roto. La lluvia me ha empapado rápidamente pero no me ha importado. En el preciso instante en el que las varillas rojas se han doblado me he dado cuenta. Te he superado. 

Me he despedido del paraguas con una sonrisa, como hiciste tú conmigo. Lo he dejado en la calle empapado, como dejaste tu mi cara bañada en lágrimas. He entrado en la primera tienda que he encontrado y me he comprado un paraguas nuevo. 

Un bonito y grande paraguas amarillo.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Sobre Mi

Mi foto
Sonríe. Que no pase un día sin que sonrías. Lo mereces.
Con la tecnología de Blogger.

Entradas + Populares

Seguidores